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Cinco personajes que me caen mal

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Al igual que hay series que no nos gustan pese a ser grandes éxitos, también hay personajes que no nos caen bien pese a sus grandes dotes. El problema aparece cuando resulta que esa no era la intención de los guionistas y el sentimiento es, no sólo tuyo, sino de la mayoría de los telespectadores; inconveniente que se agrava sobremanera cuando el que te cae mal es el mismísimo protagonista de la serie.

La realidad es que aunque muchos de los personajes televisivos son muy carismáticos y se nos presentan de forma que comprendamos y en consecuencia aceptemos sus puntos débiles, siempre hay alguno que nos cae mal, porque en resumidas cuentas ¿qué es una serie sino una bonita relación de amistad con sus personajes y sus vidas?

A continuación algunas de mis fobias en particular:

Carrie Bradshaw de ‘Sexo en Nueva York’

carrie bradshaw

Me encanta ‘Sexo en Nueva York’ pero capítulo tras capítulo he deseado que Carrie desapareciera de la serie para siempre. Cuando se fue a París creí que mis súplicas habían sido escuchadas pero no fue así.

Carrie Bradshaw era la protagonista de la serie, aunque en mi opinión todo hubiera sido mucho mejor sin ella. Carrie se me hacía muy pesada, me tenía harta de su clásica indecisión con “ ahora Big sí, ahora Big no”, me cansaban esos tiempos muertos en los que teóricamente Carrie pensaba, y también su supuesta fragilidad que trataba de ocultar a una evidente manipuladora, por añadidura muy deseosa de ser el centro del universo.

Para mí, ‘Sexo en Nueva York’ funcionó porque soy un poco Charlotte, aunque de grande quiero ser Samantha, y Miranda es la amiga ideal; pero sobre todo era una serie diferente: las cuatro protagonistas están claramente basadas en estereotipos de hombres gays, al menos durante las dos primeras temporadas.

Horatio Caine de ‘CSI: Miami’

horatio caine

Cuando apareció ‘CSI: Miami’, ‘CSI’ – en su versión Las Vegas – nos tenía encandilados a muchos de nosotros y Grissom era una parte importante de la serie: un hombre atento, enigmático, amable, inteligente y con una adorable e intrigante afición a la entomología.

En cambio Horatio es agua de otro costal: de un moralismo maniqueo poco menos que insoportable, engreído, pedante, con una actitud demasiado perdona vidas y con costumbres muy desagradables, tales como la de no mirar a sus interlocutores directamente a los ojos. Desde mi percepción, Horatio se siente superior y quiere que todos lo apreciemos.

Por culpa de este personaje nunca conseguí engancharme a ‘CSI: Miami’ y, para acabarlo de redondear, al final también consiguió desengancharme de ‘CSI’, sin lugar a dudas, por lo que a mi respecta, un mal negocio para sus creadores.

Jenny Shecter de ‘The L Word’

jenny shecter

Cuando empezó ‘The L Word’ Jenny debía ser la adorable chica de provincias que se ve atraída por el mundo lésbico de sus vecinas; incluso la creadora de la serie, Ilene Chaiken, dijo que Jenny se parecía mucho a ella. Pronto las cosas cambiaron y se convirtió en el personaje más odioso de la serie.

Si Jenny ya no era un personaje muy querido, cuando publicó su primer libro, se transformó en una diva rencorosa y con ganas de hacer daño; tanto fue el odio que Jenny provocó entre los fans de la serie que durante la última temporada los guionistas decidieron potenciar su carácter malévolo hasta unos límites totalmente insoportables.

Por suerte ‘The L Word’ es una serie coral repleta de personajes encantadores –aunque personalmente Kit también me sobraba mucho- llenos de carisma y encanto. Supongo que en todo culebrón, y ‘The L Word’ lo era, debe haber una mala malísima y ese papel le tocó a Jenny.

Mohinder Suresh de ‘Heroes’

moninder suresh

Volvemos a estar ante un personaje que se nos presentó como un amable taxista y científico siguiendo los pasos de su padre. Mohinder nunca fue el más carismático de la serie, pero sí que fue un personaje amable al que nos gustaba seguir y cuyas investigaciones nos intrigaban.

No obstante, en cierto momento, se convierte en un personaje rencoroso y envidioso –sólo desea ser uno de ellos, de los que tienen habilidades- y tiene actitudes poco comprensibles y retorcidas. En su defensa podemos decir que no es el único personaje de ‘Heroes’ que perdió encanto, pero sí que es el único de los ‘buenos’ de la serie cuya presencia ha acabado resultándome insoportable.

Meredith Grey de ‘Anatomía de Grey’

meredith grey

Cuando la que te fastidia es la protagonista de la serie, vamos mal, aunque en el caso de Meredith es menos importante porque ‘Anatomía de Grey‘ es un drama coral. Tengo la sensación de que Meredith Grey está emparentada, en el sentido de ser semejante, al personaje de Carrie Bradshaw, aunque en apariencia no tengan nada en común; desde luego a Meredith no te la imaginas calzando unos Manolos pero, a su manera, mucho más espartana, padece la misma clase de insatisfacción permanente y el mismo tipo de egocentrismo dubitativo.

Para ser clara, Meredith me parece una quejica, insulsa y sin personalidad, cuyo único fin es no decidirse nunca sobre si de verdad quiere a Derek o no –y si se decide, es sólo para seguir dudando dos episodios después desde otra perspectiva-.

Evidentemente todo esto son apreciaciones personales, y no tienen por qué ser compartidas, son mis fobias. Y a ti ¿qué personajes te caen rematadamente mal?


'Anatomía de Grey': el desencanto

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Creo que he llegado a mí límite con ‘Anatomía de Grey’. He pasado de estar totalmente enganchada a la serie a aburrirme sólo de pensar en verla. Quizá ‘Anatomía de Grey’ no sea una de las series más populares del momento pero nunca llegué considerar que verla fuera un placer culpable. Al principio tenía para mí varios incentivos que iban más allá del culebrón puro y duro y que me hacían disfrutar con sus episodios, pero ya no hay nada de todo eso. Empiezo a ver cómo se estira, cual chicle, y ya no me interesan las historias que propone.

¿Dónde ha quedado la parte de comedia? Porque tenía comedia, con situaciones ridículas y rasgos en los personajes muy esperpénticos. ¿Qué ha pasado con los guiones? El drama más absoluto recorre sin pudor todos y cada uno de los minutos de la sexta temporada y apenas hay respiro, con lágrimas y desgracias para todos. ¿Por qué el amor todo lo estropea? Ya sé que la serie es un drama amoroso pero no puedo entender por qué personajes con un carácter muy especial como Cristina, Callie o Sloan han perdido todo interés al pasarse al pasteleo más absurdo con sus respectivas parejas.

Si tengo que marcar un punto de inflexión para toda esta deriva elijo, sin lugar a dudas, la vuelta a la serie del fantasma de Denny Duquette. Un personaje al que adoré estando vivo y al que aborrecí estando muerto. Esa trama, llevada a la paradoja y a la caricatura más vergonzosa, arrastró al personaje de Izzie y ella aún no se ha recuperado después de toda una temporada alucinando en colores. Su actual enfermedad, esa boda cutre y esa convivencia en la caravana son intentos por levantar un personaje agotado. Tampoco le ha favorecido la muerte de George, en la que se han recreado más de la cuenta. No sé qué pasa en esta serie pero los muertos tienen a veces más protagonismo que los vivos.

Los personajes adultos se han diluido y ya no hay contraste entre la locura juvenil de los aspirantes a cirujanos y la madurez de los cirujanos profesionales. Es decir: todos se comportan como jovencitos atolondrados y no hay, en consecuencia, posibilidad de aprendizaje ni de evolución. Primero se marchó Burke por problemas externos a la serie. Luego llegó una fantástica Erica Hahn a la que despidieron por fea y a la que sustituyeron por una, para mí, irritante Arizona, más mona pero también más ñoña. Addison se fue a disfrutar de su spin-off y con su marcha se acabó un conflicto clave al que la novia de repuesto de Derek no pudo hacer frente. Tampoco cuajó por desgracia el neurótico personaje de Mary McDonnell. Owen Hunt, que prometía mucho, anda como vaca sin cencerro desde que se ha puesto en tratamiento psicológico para curarse las heridas de guerra. Y estos son sólo algunos ejemplos.

Sólo quedaban Miranda Bailey y Richard Webber. A ella le han colocado un divorcio y un hijo que la han convertido en una blanda egoísta. Él empieza a hacer de jefe de verdad y eso, unido a la desaparición de Ellis Grey, ha hecho de él un personaje errático, apartado del resto, sin funciones y que se limita a dar broncas y a recibirlas. Aparece como agua de mayo el padre de las Grey pero sólo para ensalzarlas como únicas estrellas de la serie. La coralidad ha desaparecido por el desagüe y ya no sé si hay hueco para la esperanza.

Francamente dudo que la serie pueda volver al tono inicial, más desenfadado. La losa lacrimógena, los conflictos repetidos y la endogamia han conducido la serie a un punto de difícil retorno. Era previsible pero no puedo evitar estar, en cierta manera, enfadada. Quizá sea más correcto decir que estoy decepcionada. Guardo un buen recuerdo de las primeras temporadas y por los viejos tiempos en los que la serie me hizo disfrutar, no puedo decir que la odie, pero tal y como está en la actualidad para mí ha perdido todo su encanto. La vida fuera del hospital ha sido la gota que ha colmado el vaso de mi paciencia. No va más, señores. Me caigo, mal que me pese, de la lista de fans incondicionales.

En ¡Vaya Tele! | Primeros adelantos de la sexta temporada de ‘Anatomía de Grey’

Los programas más rentables de Estados Unidos

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American Idol

Dentro del afán que tiene la revista Forbes por publicar listas sobre todo lo que tenga que ver con lo monetario, acaban de actualizar la lista que hace referencia a los programas que más dinero reportan a las cadenas en Estados Unidos. Y como ya ocurre con las audiencias, el lugar más alto lo ocupa un año más el reality ‘American Idol’, que genera unos 8,1 millones de dólares por cada media hora que se mantiene en emisión.

Sin duda, unos datos estratosféricos que hacen que los propios responsables de la lista se pregunten si el programa será capaz de mantener estos resultados tras la marcha de Simon Cowell al final de la temporada. Realmente no sé qué pensar ante esta cuestión; bien es cierto que Cowell es uno de los grandes atractivos del programa, pero también hay que tener en cuenta que el formato es perfectamente autosuficiente y que ya sobrevivió a la marcha de Paula Abdul la pasada temporada.

De lejos, y mucho, le sigue en la lista la serie de la CBSDos Hombres y medio‘, que recauda en torno a 3,1 millones cada media hora. Y, sorprendentemente, en el tercer lugar encontramos a ‘24‘, la serie de la FOX con 3 millones de dólares de recaudación; y digo sorprendentemente porque justo hoy hemos conocido que la actual temporada podría ser la última de la serie, aun a pesar de ser la serie de la FOX que más dinero recauda (pero quizá no la más rentable)

En el puesto 4 encontramos a ‘Anatomía de Grey‘ con 2,8 millones, el mismo dato que marca el remake de ‘V’, que con tan sólo cuatro capítulos emitidos hasta la fecha ocupa el quinto puesto de la lista. La expectación generada antes de su estreno y los más de 14 millones de espectadores en la premiere tienen la culpa de ello; sin embargo, la serie se despidió en noviembre con apenas 9 millones, por lo que es de esperar que el precio de los anuncios cotice a la baja en su vuelta a finales de este mes.

El sexto puesto lo ocupa la serie de la ABCMujeres Desesperadas‘, mientras que el séptimo es para el reality ‘Dancing with the stars‘. El puesto 8 es para ‘Lost‘, con 2,53 millones de dólares por cada treinta minutos de emisión. Aun a pesar de que sus audiencias no consiguen despegar, la expectación generada en torno a la serie parece que da sus frutos y los anunciantes muestran interés por promocionar sus productos en la franja de emisión; con el fin de la sexta temporada es muy posible que el precio de los anuncios ascienda, y quizá el año que viene podamos verla en una posición más elevada.

La lista la cierran el reality de la CBSSurvivor‘ y la serie de la misma cadena ‘CSI‘, con 1,6 y 1,5 millones de dólares respectivamente.

¿Ausencias? Pues unas cuantas. Para empezar, resulta extraño que ningún estreno, salvo ‘V’, se encuentre dentro de esta lista, como son, por ejemplo, ‘Glee‘ (en el puesto 45) o ‘The Good Wife‘, series que están funcionando muy bien a sus cadenas, pero que de momento no obtienen la misma respuesta por parte de los anunciantes. No obstante, también hay que tener en cuenta que al ser estrenos, parte de la inversión publicitaria viene determinado por las expectativas previas, lo que explicaría en parte este hecho.

Y personalmente, me choca no ver en esos primeros puestos a exitazos tan patentes como ‘House‘, ‘The Big Bang Theory‘, que va récord tras récord, o ‘NCIS‘, que actualmente ronda los 20 millones de espectadores.

¿Y a vosotros? ¿Qué os parece? ¿Qué otras series pensabais ver en el top 10?

Vía | Forbes
En ¡Vaya Tele! | ¿Cuánto cuesta un anuncio de TV en españa actualmente?

No echaré de menos a la doctora Stevens

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No sé si será verdad que Katherine Heigl abandona ‘Anatomía de Grey’ o será otra de sus rabietas, que ya ha tenido unas cuantas, con tal de incrementar su caché, pero en cualquier caso no me molestaría nada que abandonara la serie porque su personaje está resultando un lastre para otras historias en lugar de ser un detonador y un desencadenante de acciones.

Izzie Stevens tuvo la suerte de encontrarse a Denny Duquette y aquella historia fue muy conmovedora y clave en la trama de la serie, pero desde entonces no han sabido qué hacer con su personaje, que no hace más que dar bandazos imbuida de una extraña espiritualidad que sólo consigue sacarme de quicio. No quiero entrar en detalles por si alguien no está al día de la última temporada, pero más les hubiera valido solventar este momento a golpe de guión y no dejar que la situación se les escapara de las manos.

Parece que las rabietas venían de lejos y que tras el permiso de maternidad no se ha reincorporado a su trabajo porque quiere dedicarse al cine. Pues bien, espero que no le insistan para que vuelva, a ver si de un vez por todas desaparece una trama que a mí me quita las ganas de seguir la serie, con tanto drama, tanto malentendido y tanta falta de tensión sexual que, no nos engañemos, es una de las claves de este culebrón. Hay muchas posibilidades de que la serie pueda seguir sin ella así que, señores guionistas, si leen esto, aprovechen el momento y sáquense este muerto de encima.

Gracias a Lúzeryn por la pista.

Vía | Fórmula TV
En ¡Vaya Tele! | ‘Anatomía de Grey’: el desencanto

Hugh Laurie, David Boreanaz, Chandra Wilson y otros actores que también dirigen

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El fenómeno del actor-director no es nuevo en Hollywood. Gente como Robert Redford, Jodie Foster, Clint Eastwood, Forest Whitaker y hasta Jon Favreau, director de las películas de ‘Iron Man’, alternan el trabajo delante y detrás de las cámaras sin problemas, y algunos hasta se están centrando más en dirigir que en actuar. En la televisión, esto es algo que sucede de manera menos habitual, pero no es nada extraño. Lo curioso es que, esta temporada, haya habido tantos protagonistas de series que se hayan situado detrás de las cámaras para dirigir a sus propios compañeros.

Gente como Eric Stoltz (que ha dirigido un episodio de la segunda mitad de la primera temporada de ‘Caprica’) o Neil Patrick Harris (que ha debutado dirigiendo en ‘Cómo conocí a vuestra madre’) se han unido esta temporada a otros actores que se animaron a dirigir episodios de sus series como David Duchovny (en ‘Expediente X’, que también tuvo un capítulo dirigido por Gillian Anderson), Edward James Olmos (encargado de varios de ‘Battlestar Galactica’), Patricia Arquette (que dirigió dos episodios de la quinta temporada de ‘Medium’) o Bryan Cranston en ‘Breaking Bad’.

Para que esta tendencia se note aún más, en Fox España van a emitir estos capítulos dirigidos por los actores casi seguidos en las dos primeras semanas de mayo. El primero será ‘Lockdown’, el episodio de ‘House’ que ha dirigido Hugh Laurie y que se sale un poco de la fórmula clásica de la serie, con los personajes divididos en parejas y encerrados en diferentes zonas del hospital. Se podrá ver en versión original el domingo a medianoche, y el martes en su horario habitual. El viernes 7 llegará el turno para que veamos qué puede hacer tras las cámaras Jennifer Love Hewitt, encargada de la dirección de un episodio muy especial de ‘Entre fantasmas’, el que hace el número 100.

Otra actriz es la directora del capítulo de ‘Anatomía de Grey’ que se verá el día 9 de mayo, Chandra Wilson, que ya dirigió otro episodio en la quinta temporada de la serie. Y como ocurre con ‘Entre fantasmas’, ‘Bones’ también celebró su capítulo 100 entregando el mando a David Boreanaz, que ya había dirigido previamente algún episodio de esta serie y de ‘Ángel’. Este capítulo, ‘The parts in the sum of the whole’, se emitirá en España el 14 de mayo.

En ¡Vaya Tele! | ‘House’ graba un capítulo con una cámara de fotos

'Anatomía de Grey', el ocaso de Cristina Yang

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Cristina Yang

Cuando pienso en ‘Anatomía de Grey‘, siempre me imagino a los personajes como súbditos ignorantes a las órdenes de su diosa enfadada, Shonda Rhimes, la creadora de la serie. En las seis temporadas y media que lleva emitiéndose en la cadena ABC, Shonda ha hecho con ellos lo que les ha dado la gana, y no precisamente cosas buenas. Choques de barcos que terminan con la protagonista al borde de la muerte, accidentes de coche que acaban con la vida de uno de ellos, dramáticas muertes de pacientes, alcoholismo, divorcios, enfermedades… hasta rematar la faena en el terrible “evento” al final de la sexta temporada.

Podríamos pensar que, al igual que en otras ocasiones, los personajes pasarían por encima de la situación sin más (¿os acordáis de lo rápido que superaron la muerte de O’Malley?), pero no, las situaciones límite que vivieron en el hospital han hecho mella, en unos más que en otros, y decisiones desesperadas han sido tomadas ante la imposibilidad de seguir llevando la vida que tenían antes. Tras una sexta temporada que olía a rancio por los cuatro costados, ‘Grey’s Anatomy‘ ha hecho propósito de enmienda, y lo que lleva emitido este año bien merece un repasito.

Siete temporadas, y poco o nada ha cambiado. Los personajes que conocimos en 2004 son ya la minoría en el elenco, pero antes o después se han ido añadiendo nuevas piezas al tablero que consideramos ya como personajes veteranos. Desde Callie Torres y Lexie Grey hasta otros más recientes como Jackson Avery o la recién descubierta April Kepner; esta última parecía un personaje odioso, sin chicha, con más vocación de secretaria que de médico, pero ella ha sido protagonista de una de las situaciones más divertidas de lo que llevamos de temporada, y está siendo un grato descubrimiento que espero que mantengan.

El humor, sí, yo me estoy riendo esta temporada más que nunca. Empezando por el cabreo monumental de April en la entrada de Urgencias intentando mantener vivos a los maniquíes bajo la lluvia y terminando por las incoherentes palabras de Miranda, borracha como una cuba, intentando explicar a la Dra. Altman qué tipo de hombre es el que merece la pena (uno que sepa arreglar las fístulas pancreáticas). Y, por supuesto, la propia Cristina convertida en camarera de bar en Joe’s como forma de tapar la mella que ha dejado el tiroteo en su mente.

Esta no es mi Cristina Yang“, es la frase que más ha sonado entre la comunidad durante lo que va de año, y es verdad. Cristina ha cambiado; su carácter frío y su amor por las cirugías se ha visto ensombrecido por un trauma que la ha llevado a una situación límite: abandonar el programa de residentes del Seatle Grace. ¿Volverá? Probablemente sí, pero… ¿en qué condiciones? Recordemos que hace unas temporadas le ocurrió lo mismo a Izzie Stevens tras la muerte de Denny Duquette, pero ya nunca volvió a ser la misma. Recuperarse de esto va a ser tarea dura, así que siéntense y disfruten.

Como ya digo, esta temporada me está pareciendo eternamente más entretenida que la anterior, siempre con excepción del final. Por fin les están pasando cosas a los protagonistas, como la separación de Arizona y Callie y el regreso de esta última a los brazos de McSteamy, que desde que Lexie le ignora ha vuelto a sus raíces de culo inquieto. Un nuevo amor suena para Bailey después de rechazar al anestesista, y la parejita feliz intenta buscar el primer churrumbel del matrimonio Shepherd-Grey (post-it mediante). Y mención especial al capítulo sexto, narrado en forma de falso documental para un ficticio programa de reportajes.

‘Anatomía de Grey’ es entretenimiento puro y duro, sin misterios ni personajes complicados a los que adorar; nunca ha pretendido ser otra cosa y no es esa su intención. Tal como es, está perfecta, con sus altibajos emocionales, sus torsos desnudos con mucha promoción de por medio (el torso de Jackson Avery fue noticia en muchos portales de televisión) y su dramedia llevada al extremo. Quien se pone a verla sabe lo que va a encontrar, y en su estilo es una serie que lo borda. Así que yo lo digo a boca llena: A mí me gusta ‘Anatomía de Grey’, y espero que sobreviva muchos años más.

En ¡Vaya Tele! | Los programas más rentables de Estados Unidos

El musical de 'Anatomía de Grey', lo mejor y lo peor de Shonda Rhimes

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Callie

En su séptima temporada, ‘Anatomía de Grey‘ se ha decidido a innovar un poco en la estructura de algunos de sus capítulos. Hemos tenido uno grabado en forma de falso documental, otro emitido en tiempo real (que no en directo) narrando la situación en Urgencias entre las 6 y las 7 de la tarde; y de la mente de nuestra queridísima Shonda Rhimes, creadora de la serie, salió también la magnífica idea de crear un episodio musical, que total, después de todo lo que ha llovido, un poquito más de surrealismo no va a asustar a nadie.

Y cuando le metes un elemento así a una serie como ‘Anatomía de Grey‘, lo mejor y lo peor de su esencia sale a la luz. ¿Cuál ha sido gran acierto? Darle un micrófono a Sara Ramírez (Callie), que nos ha deleitado a todos con ese vozarrón que tenía escondido; ¿y el gran error? Darle otro micrófono a Kevin McKidd (Dr. Hunt), que por muchos arreglos que le metan a su voz, sigue sonando como si hubieran atropellado a un cachorrito. Y lo demás, una sucesión de sinsentidos que, aunque sabes que son demasiado absurdos, no puedes dejar de verlos. Y algunos números, incluso merecen un revisionado.

¡Ojito, que el vídeo a continuación contiene spoilers como catedrales hasta el 7×18 de ‘Anatomía de Grey”!

Personalmente, nunca he entendido que un personaje se ponga a cantar en medio de una conversación, y que encima el otro le dé la réplica de la misma forma. Aquí, además, se han puesto a cantar en medio de una situación excesivamente dramática que les afectaba a todos de lleno, y parecía incluso que eso de cantar no iba con ellos, como si las palabras salieran de la boca sin darse cuenta. Quizá se explica por esa situación espiritual que se vivió en todo el capítulo, con la Dra. Torres como testigo de excepción de todo lo que ocurría, pero no deja de resultar absurdo. Yo, incluso, sentí verguenza ajena en ocasiones.

Pero todo eso se arregla con otros elementos introducidos con éxito. Me encantó esa interpretación algo más marchosa del “Running on Sunshine“, que servía de homenaje a todas las parejas de la serie. Y por supuesto, hay que morir con el vozarrón que sacaron Chyler Leigh (Lexie) y, sobre todo, Sara Ramírez, que se comió ella solita la mitad de los números musicales del capítulo, y todos con acierto. Su versión de “Cosy in the rocket”, que hace unos años servía como cabecera de la serie, o “Chasing Cars” estropeada a medias por culpa de Kevin McKidd, son dignas de mención. Fue la protagonista absoluta de una historia que tenía mucho que ver con la evolución de su personaje.

Aunque sólo sea por los minutos finales del capítulo, que tenéis en el vídeo de aquí arriba, el musical de ‘Anatomía de Grey’ ya merece la pena. Los fans lo amarán, y los no fans tendrán más motivos para criticar la serie. Pero todos seguirán viéndola con fascinación, eso seguro.

En ¡Vaya Tele! | ‘Anatomía de Grey’, el ocaso de Cristina Yang

'Anatomía de Grey', las cosas se complican en el Seattle Grace con un nuevo especial

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Parece que este año las series están experimentando la fiebre del capítulo doble. No son pocas las que volverán con doble ración de capítulo de una tacada en la misma noche, y ‘Anatomía de Grey‘ no quiere ser menos. En el caso de los médicos del Seattle Grace tiene además otra connotación, ya que capítulo doble equivale a catástrofe, a ida de olla de su creadora que pondrá a los protagonistas de nuevo ante una situación límite. Y por lo que vemos en la promo, esta vez será un terremoto el que dará que hablar, lo cual les viene al pelo después del terremoto que hubo hace unos días en la costa este de Estados Unidos.

En el terreno personal, cada uno tiene sus demonios internos, y los actos que vimos al final de la pasada temporada tendrán consecuencias. Empezando por la parejita de ensueño, que por decisión de Derek romperá definitivamente aun a pesar de que ahora tienen a la pequeña en común; siguiendo por Cristina, que verá en su embarazo un obstáculo para sus opciones como cirujana destacada; y terminando con Karev, que por haber delatado a Meredith verá cómo sus compañeros le darán la espalda.

Y precisamente Meredith es la que peor lo tiene, porque después de haber falseado el ensayo científico de Derek será despedida definitivamente del hospital. No es una suspensión temporal, no, un despido con todas las de la ley, por lo que a ver cómo arreglan ahora todo este desastre. La octava temporada de ‘Anatomía de Grey’ se estrena el próximo jueves 22 de septiembre con capítulo doble; y no sé si debemos tomarnos muy en serio lo que dice la promo, pero es probable que alguno no llegue al segundo capítulo de la temporada. Veremos.

Vídeo | Youtube
En ¡Vaya Tele! | ‘Anatomía de Grey’, el ocaso de Cristina Yang


'Perdidos' y 'Anatomía de Grey', ¿de qué temporadas se arrepienten sus showrunners?

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Shonda Rhimes y Damon Lindelof

El tiempo en Los Angeles esta semana ha sido tan consistente como la tercera temporada de ‘Perdidos’

Twitter es una herramienta útil, poderosa, de comunicación directa entre personas sin importar la posición de cada uno… y también un instrumento muy peligroso. Las estrategias de Social Media deben realizarse con mucho cuidado y, en el caso de cuentas de famosos, tienen que medir muy bien sus palabras antes de ponerse a escribir (acordaos de lo divertido que fue #turismobisbal). Lo bueno de todo esto es que los espectadores podemos sentirnos más cerca de nuestras series y sus responsables; no sólo en lo bueno, también en lo malo.

La frase que encabeza esta entrada la escribió Damon Lindelof el pasado jueves en Twitter, productor de ‘Perdidos‘ y uno de los grandes responsables de su grandeza, y también de su decadencia. En su propia “bio” de Twitter ya bromea con la que le cayó tras el final de ‘Lost‘: “Sí, soy uno de los idiotas responsables de ‘Perdidos’. Y no, yo tampoco lo entiendo.“, pero ayer fue un poco más allá estableciendo esa comparación con el clima de los últimos días en Los Angeles, que no ha sido precisamente estable. Lo que no sabía es que otros compañeros showrunners iban a apoyarle admitiendo otros grandes errores de sus propias series.


Muchos, muchos episodios de ‘Scrubs’ fueron una mierda, ‘Spin City’ tuvo altibajos, y los seis primeros episodios de ‘Cougar Town’ me ponen triste.

El primero en responder fue Bill Lawrence, creador de ‘Scrubs’ y responsable también de ‘Spin City’ y ‘Cougar Town’. Y a las tres las pone a caldo en apenas 140 caracteres. Muchos de sus fans estarán de acuerdo en la mediocridad de ‘Scrubs’ en algunos de sus episodios, y probablemente ‘Cougar Town’ no pilló el tono hasta pasado un tiempo (sólo hay que comparar los episodios de esta tercera temporada con los de la primera para darse cuenta), pero la grandeza de otros capítulos compensa, con creces.

Pero el tweet más divertido, el más sincero y probablemente con el que todos estamos de acuerdo es éste de Shonda Rhimes sobre su preciada ‘Anatomía de Grey’.


La cuarta y quinta temporadas de ‘Anatomía de Grey’ hicieron que quisiera esconderme en una cueva y hasta cambiarme el nombre.

Sí, Shonda, la cuarta y quinta temporadas de ‘Anatomía de Grey‘ fueron un total despropósito, y sólo conseguiste redimirte tras el espectacular final de la sexta, pero aun así nunca olvidaremos lo genial que fue la segunda temporada de la serie. No obstante, se agradece la sinceridad.

La bromita acabó de nuevo con Lindelof incluyendo otros compañeros showrunners que seguramente también se sentían como ellos… o no.


Estoy seguro de que TODOS nos sentimos así. Excepto Simon. Y Weiner. Y Chase. Y… Mierda. Nos odiamos a nosotros mísmos, ¿verdad?

Lindelof se refiere a David Simon, responsable de ‘The Wire’ y ‘Treme’; Matthew Weiner, creador de ‘Mad Men’; y David Chase, creador de ‘Los Soprano’. Estoy seguro de que ellos también tienen creaciones de las que se arrepientan, y lo que sí está claro es que, por mucho que nos guste criticarles, ni ‘Perdidos’ fue tan decepcionante ni ‘Anatomía de Grey’ fue (o es) tan mala. Ambas están ya con letras de oro en la historia de las series de televisión, mal que les pese a muchos.

Vía | Vulture
En ¡Vaya Tele! | ¿De dónde han salido los creadores de las series?

Los actores mejor pagados de la televisión americana: Pocas sorpresas y sueldos a la baja

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Imagen de los protagonistas de 'Dos hombres y medio'

Todos los años toca ir actualizando la lista de los actores mejor pagados de la televisión, ya sea porque alguna serie acabe o sea cancelada, por el comienzo de alguna que cuente con una estrella al frente de su reparto, fichajes de lujo, actores que amenazan con irse si no se les sube el sueldo en alguna serie de éxito, etc. Motivos hay un montón, pero lo único seguro es que es una lista que va evolucionando cada año. Eso sí, las cosas no están para grandes estipendios y lejos quedan los tiempos en el que los seis protagonistas de la mítica ‘Friends‘ llegaron a cobrar 1 millón de dólares por episodio.

Os animo a descubrir un ranking caracterizado, eso sí, por la ausencia de grandes sorpresas y en el que destaca especialmente el salario que reciben los principales protagonistas de ‘Dos Hombres y Medio‘, pero mejor no adelantar nada más y pasar a conocer a los integrantes de esta selecta lista.

Los diez mejores pagados

1- Ashton Kutcher (‘Dos Hombres y Medio’): 700.000 dólares por episodios
2- Jon Cryer (‘Dos Hombres y Medio’): 600.000
3- Mariska Hargitay (‘Ley y Orden: Unidad de Víctimas Especiales’): 385.000
4- Tina Fey (‘30 Rock’): 350.000
5- Sandra Oh, Patrick Dempsey y Ellen Pompeo (‘Anatomía de Grey’): 350.000.
6- Patrick JaneSimon Baker (‘El Mentalista’): 300.000
7- Alec Baldwin (‘30 Rock’): 300.000
8- Jim Parsons, Johnny Galecki y Kaley Cuoco (‘The Big Bang Theory’): 300.000
9- Angus T. Jones (‘Dos hombres y Medio): 300.000
10- Michael C. Hall (‘Dexter’): 295.000

Ya había apuntado la supremacía de ‘Dos hombres y medio’, y es que contar con Ashton Kutcher, Jon Cryer y Angus T. Jones hace que el presupuesto de cada episodio ascienda a 1,6 millones de dólares sin tener en consideración nada más. Sin embargo, la escandalosa salida de la serie de Charlie Sheen supuso un alivio económico para la productora, ya que él ingresaba por capítulo 550.000 dólares más que Kutcher. Además, no es la única sitcom de Chuck Lorre con un lugar importante en la lista, ya que los tres protagonistas de ‘The Big Bang Theory‘ se llevan para casa un total de 900.000 dólares por episodio, cifras que hace años hubiesen sido bastante escasas para una serie con tanto éxito.

Tina Fey y Alec Baldwin

Sí que hay cierto truco en las cifras referidas a ‘30 Rock‘, ya que el sueldo de Tina Fey no incluye únicamente sus funciones como intérprete, y creo que nadie puede poner en duda que merece dicho sueldo por todo lo que realiza en la serie, mientras que en el salario de Alec Baldwin seguro que algo incluyeron las declaraciones que hizo hace tiempo diciendo poco menos que abandonaría la serie en breve. El resto de integrantes de la lista son bastante previsibles, desde una Mariska Hargitay casi perennemente nominada al Emmy por su papel en ‘Ley y Orden: Unidad de Víctimas Especiales‘ hasta un Michael C. Hall sin el cual ‘Dexter‘ no tendría sentido.

Sí que me llama la atención que el trío protagonista del drama (es un decir) ‘Anatomía de Grey‘ no consiguiera en su momento (recordad el enorme éxito que llegó a ser) una subida de sueldo más considerable, pero seguro que Shonda Rhimes los amenazó con alguna muerte un poco al tuntún al estilo de la acaecida al final de la última temporada emitida hasta la fecha.

El resto de los mejores pagados

11- Jon Hamm (‘Mad Men’): 250.000
12- Patricia Heaton (‘The Middle’): 235.000
13- Tim Allen (‘Last Man Standing’) 225.000
14- David Boreanaz (‘Bones’): 225.000
15- Ted Danson (‘CSI’): 225.000
16- Kiefer Sutherland (‘Touch’): 225.000
17- Neil Patrick Harris (‘Cómo Conocí a Vuestra Madre’): 210.000
18- Anna Paquin, Stephen Moyer y Alexander Skarsgard (‘True Blood’): 200.000
19- Pauley Perrette y Michael Weatherly (‘NCIS’): 175.000
20- Todos los Protagonistas Adultos (‘Modern Family’): 175.000
21- Jeff Daniels (‘The Newsroom’): 150.000
22- Chris O’Donnell (‘NCIS: Los Angeles’): 140.000
23- Eric McCormack (‘Perception’):125.000
24- Claire Danes (‘Homeland’): 110.000
25- Alex O’Loughlin (‘Hawaii Five-0’): 110.000
26- Connie Britton (‘Nashville’): 100.000
27- Terry O’Quinn y Vanessa Williams (‘666 Park Avenue’): 100.000
28- Jeanne Tripplehorn (‘Mentes Criminales’): 100.000

Jeff Daniels en 'The Newsroom'

Bastante variopinta aunque previsible selección del resto de actores que logran llevarse para casa al menos 100.000 dólares por cada episodio en el que vayan a aparecer. Personalmente, me llama bastante la atención que Jeff Daniels haya conseguido que HBO le pague esas cifras por aparecer en ‘The Newsroom‘, ya que es cierto que tiene una larga carrera cinematográfica, pero también que hace muchos años que sus películas tienden a pasar un tanto desapercibidas. Por lo demás, veo varios cambios de reparto con un notable recorte respecto a sus predecesores, ya que, por ejemplo, Ted Danson se va a llevar para casa 125.000 dólares menos por episodio que Laurence Fishburne. Lo dicho, hay que ahorrar de todo sitio donde se pueda.

En el resto veo una predominancia de sueldos ajustados para los protagonistas de series de la temporada 2012/2013, que varios intérpretes lograron un sueldo bastante jugoso por su fama previa y que seguramente no merezcan por las series en las que trabajan en la actualidad (estoy pensando sobre todo en Patricia Heaton, cuyos 235.000 dólares por la simpática ‘The Middle‘ son lo que más me ha descuadrado de toda la lista) y varios casos en los que el protagonista de la serie no es el que más cobra de la misma (¿David Boreanaz cobrando más del doble que Emily Deschanel?), algo que siempre me costará entender.

Los protagonistas de 'Modern Family'

Por último, me da miedo pensar lo que puede acabar descontrolándose el presupuesto de ‘Modern Family‘ si sigue manteniendo su éxito tanto de público como crítico, y es que es obvio pensar que los protagonistas adultos van a querer que eso se refleje en sus salarios, algo que no sólo han conseguido los adultos, ya que los cuatro chavales de la serie han visto recientemente triplicado su sueldo, el cual pasará a ser de unos 70.000 dólares por episodio. ¿Hasta qué punto será Fox capaz de hacer frente a las sucesivas subidas salariales? Porque seguro que habrá más.

PD: Sospecho que en los datos proporcionados por Tv Guide se han olvidado completamente de Mark Harmon, el gran protagonista de ‘NCIS‘, ya que hace dos años cobraba 350.000 dólares por episodio, y tengo mis serias dudas sobre que rebajara (¡y encima tanto!) su salario cuando lo renovó por dos temporadas más en marzo de 2011. Dicho esto, ¿qué opináis vosotros sobre la lista, alguna ausencia que os llame la atención, alguien que no podáis creer que cobre tanto?

Vía | TV Guide
En ¡Vaya Tele! | Los actores mejor pagados y las horas bajas salariales

'Anatomía de Grey' regresa moderando la pornografía emocional y los romances de culebrón

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Imagen de Karev en la novena temporada de 'Anatomía de Grey'

Llevo años queriendo dejar de ver ‘Anatomía de Grey‘, pero a la hora de la verdad nunca logro decidirme. Al principio lo achacaba a ser uno de esa raza de seriéfilos masoquistas a los que resultaba casi imposible abandonar una serie antes de que ésta llegue a su fin, sea éste natural o no, pero hace ya tiempo que conseguí librarme de esa maldición, pero la más famosa creación de Shonda Rhimes es algo de lo que jamás he podido librarme. Lo intenté, y creí lograrlo, pero es algo superior a las fuerzas de cualquiera que lleve años viendo las aventuras de los médicos del Seattle Grace.

Y es que usar la palabra droga es una buena forma de describir a ‘Anatomía de Grey’, ya que ha llegado un punto en el que lo que realmente motiva al espectador a ver la serie no es si es buena o mala, ya que el auténtico interés reside en intentar predecir cuál será la siguiente locura que cometa su creadora, qué líos amorosos van a tener lugar o cómo va a atormentar a algún personaje (o varios) para llegar un punto en el que tirar la toalla y hacer como si nada hubiera pasado. Además, el final de la octava temporada había sido suficientemente importante para tener ganas por ver qué nos deparaba la novena. ¿Cambiaría algo en el libro de estilo de Shonda?

¿Nuevos aires?

Imagen de la novena temporada de 'Anatomía de Grey'

Uno de los centros de interés de la novena temporada parecía que iba a ser la llegada de nuevos estudiantes al Seattle Grace y cómo los protagonistas de toda la vida han de ejercer ahora como mentores suyos, pero es algo que se ha resultado ser bastante irrelevante hasta ahora. Sí, hubo ciertas bromas por su parte acerca del carácter de Mederith o que Bailey se había vuelto una blanca, pero su peso como personajes individuales ha brillado por su ausencia. No me voy a quejar mucho por haber visto a Tina Majorino por ahí, pero no tiene mucho sentido desperdiciar un elemento con tantas posibilidades, en especial, y adoptando la mentalidad de Shonda, para crear nuevos romances sin mucho sentido.

Lo peor de todo es que resulta inevitable pensar que lo apuntado no sea mas que una táctica de Shonda como la que tuvo lugar temporadas atrás cuando el Seattle Grace dio cobijo a internos de otro hospital para acabar cargándose a muchos de ellos antes de haberles prestado un mínimo de atención. Ya habrá tiempo de cuidar un poco ese tema si alguno acaba sobreviviendo, pero así hay tiempo para crear una especie de concurso de popularidad barato e incluir una dosis de drama gratuita. Eso sí, hay que ser un poco inconsciente para aceptar ir a un hospital al que han pasado desgracias tan tremendas a sus empleados.

Lidiando con la tragedia

Imagen de Cristina en la novena temporada de 'Anatomía de Grey'

Como bien sabemos todos los seguidores de la serie, el accidente de avión iba a marcar de forma notable el comienzo de temporada, pero todo esto ha tenido una sorpresa inesperada: ¡Los personajes no se han convertido en una especie de emos médicos! Y es que han sido varias las ocasiones en las que los inicios de temporada han estado marcadas por un exceso de dramatismo, algo que llegaba a convertir su visionado en un sufrimiento para el espectador. No sé si prefiero esto o ir faltando el respeto a un personaje importante muerto hace poco como sucedió en el caso de George, pero en esta ocasión Shonda ha conseguido un equilibrio para que los episodios sean al menos entretenidos.

No obstante, hay una gran excepción dentro de ese equilibrio, la cual tiene toda la pinta de que va a ir a mucho peor antes de empiece a ser más tolerable: La mutilación de una pierna de Arizona. Parece que Shonda ha querido volcar las secuelas del accidente ahí, lo cual da pie a arrebatos por parte de un personaje que ha pasado de ser amable y simpática a una amargada odiosa con la que resulta imposible empatizar. Además, el reciente descubrimiento por parte de Karev sobre que ella no sabe que él quien realizó la amputación nos garantiza otro exceso dramático dentro de unos episodios.

El adiós a Mark Sloan

Imagen de Mark Sloan muriendo en 'Anatomía de Grey'

Fue bastante público el hecho de que Eric Dane había decidido abandonar la serie, optando Shonda por cargárselo por ser incapaz de concebir la posibilidad de que él y Lexie no acabasen juntos. Sí, la misma persona que llegó a hacer casi lamentable la idea de que volvieran a salir juntos nos sale con eso para justificar el no poder volver a contar con McSteamy nunca más. A cambio, todo hay que reconocerlo, su muerte fue muy sentida, sin excesos innecesarios, pero tampoco mostrándolo como algo de poca importancia. Quizá el fallecimiento más logrado de todos los mostrados hasta la fecha.

El problema es que estamos con Shonda y las cosas no podían quedarse así, por lo que en ‘Remember the time‘ (9×02) se opta por echar mano de un flashback que llene lagunas entre la octava temporada y ‘Going going gone‘ (9×01), algo que funciona con moderada corrección para otros personajes (el enfado de Arizona por perder su pierna), pero que desluce la muerte de Sloan, dejando la sensación de que su trama no sólo sobra completamente, sino que resulta hasta molesta.

Tranquilidad en el frente amoroso

Imagen de April y Jackson en 'Anatomía de Grey'

Una de las claves de ‘Anatomía de Grey’ siempre ha sido la de crear tensión romántica entre tantos personajes que llegaba un punto en el que una simple mirada se convertía en motivo de hipótesis sobre que iban a acabar liándose, pero la serie ha optado por no explotar demasiado este frente durante sus primeros episodios. Y lo más raro de todo es que tampoco ha habido muchas señales sobre lo que está por venir, ¿se le habrá agotado el gancho para los romances casi culebronescos a Shonda?

Sí, el lío sexual entre Jackson y April (siempre creí que sería Karev quien la iba a desvirgar) ha tenido sus momentos de importancia, pero era algo ya heredado de la temporada anterior, siendo algo también aplicable a los romances maduros de Bailey con ni recuerdo cómo se llama (esto no es un errata, es un apunte sobre mi interés hacia el mismo) y Richard con la madre de Jackson, pero no es algo novedoso y rompemandíbulas. Y lo más novedoso (el follamigo de Cristina) se ha quedado en nada tan rápido como apareció, prefiriendo centrarse en una relación de simple amistad, y vaya sí agradezco que se haya optado por esta vía.

Conclusiones

Lo cierto es que sigo sin tener claro si esta novena temporada me está gustando o no, pero sí que es uno de los arranques más entretenidos de la serie de los últimos años, siendo un consuelo más que suficiente para alguien que iba a seguir viendo ‘Anatomía de Grey’ pasara lo que pasara. El resto hacéis bien en manteneros alejados de esta droga blanda televisiva.

En ¡Vaya Tele! | ‘Perdidos’ y ‘Anatomía de Grey’, ¿de qué temporadas se arrepientes sus showrunners?

'Anatomía de Grey', una protagonista reforzada para una temporada irregular

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'Anatomía de Grey'Anatomía de Grey’ tuvo dos buenas temporadas y, desde entonces, ha tenido momentos buenos, otros de malos y siempre temporadas muy irregulares. Es inútil, entonces, querer abordar la crítica de la novena temporada insinuando que ya no es lo que fue, que con el tiempo ha perdido el brillo de antaño. Lleva tantos años sin el mágico equilibrio del principio que al final habrá que asumir que ‘Anatomía de Grey’ es irregularidad y decadencia y su principio, en realidad, no era más que una excepción.

Este año, al igual que el sexto y el séptimo año, arrancó con las consecuencias de una experiencia traumática. El avión en el que viajaban parte de los cirujanos del Seattle Grace se había estrellado y ahora tocaba vivir el día después sin Lexie Grey, Mark Sloane y con Arizona con una pierna amputada. Había sido un accidente fatal y muy gratuito ya que es ridículo cuando cualquiera de los protagonistas recuerda por todo lo que han pasado. Pero su creadora Shonda Rhimes tenía un plan, sólo que tardaríamos un poco en enterarnos de qué iba y a qué puerto quería llegar.

La tramposa demanda

La intención era poner el hospital en manos de los cirujanos. Lograr, mediante una triquiñuela, que literalmente les perteneciera. Algo que a lo largo de los años nos habían indicado que no era buena idea. Derek Shepherd, ese hombre que renunció al cargo de director del departamento de cirugía porque se agobiaba con tantas formalidades y sólo quería operar. Él, junto a los demás supervivientes, quería ponerse al mando de la empresa.

Como ocurre a menudo en esta serie, la trama se alargó en exceso y llegó a tal extremo que pedió cualquier atisbo de verosimilitud. De acuerdo que Estados Unidos es el país de las querellas y las indemnizaciones desorbitadas, pero ese baile de responsables de la catástrofe es ridículo. Al final resultó que el responsable era el hospital porque uno de sus directivos, el Dr Hunt, había elegido una compañía aérea en detrimento de otras cuyos informes de seguridad eran más sólidos. Entonces, ¿por qué directamente no demandan al Gobierno de los Estados Unidos por permitir volar a una compañía con un índice tan alto de negligencias? ¿Qué estupidez es esta? Lo único que pasaba es que Shonda quería que Meredith fuera la propietaria del canal y no sabía cómo montárselo.

Esta decisión, además, tampoco ha tenido tantas repercusiones. Sí, ahora tienen autoridad por encima de los compañeros de cirugía que no estuvieron en el accidente y todas las decisiones importantes recaen sobre sus hombres. Pero, a efectos prácticos, tampoco ha comportado tantos cambios ni ha renovado las tramas. Sólo sorprende que ha servido para darle más protagonismo al Dr Avery, un personaje que en ningún momento ha funcionado y que probablemente sigue en el reparto porque a Shonda Rhimes le gusta el actor Jesse Williams. Gustar de ponerse cachonda.

Las tramas interminables

'Anatomía de Grey', Owen y Christina. Owen y Christina: ahora sí, ahora no.

Si algo ha caracterizado muy a menudo ‘Anatomía de Grey’ es que sus temporadas suelen ser demasiado largas. Veintitantos episodios para una mujer muy cabezota que diseña unas historias a los personajes muy firmes y que alarga hasta que ocupan todo el metraje. Algunas de ellas hubieran funcionado posiblemente si hubiera tenido una temporada más corta, pero no fue el caso.

Me refiero, por ejemplo, a la relación de Owen y Christina. Una separación, un divorcio, una reconciliación y puede que otra ruptura. Un largo recorrido para terminar en el mismo punto que la anterior temporada: él quiere ser padre y ella prefiere estar cerca de una mesa de operaciones. El conflicto tiene una base firme, sí, y la explicación de Christina al final de la temporada era nítida y estaba bien escrita, pero ya lo habíamos visto antes. ¿Qué aportó?

Lo mismo digo de Avery y Kepner. Una temporada entera para contarnos su alejamiento y finalmente la necesidad de estar juntos otra vez. Y lo más absurdo de todo es que los guionistas nos hacen creer que tienen algún tipo de motivación para no lanzarse a los brazos del otro. ¿Pero qué les impide estar juntos? ¿Realmente Kepner es incapaz de estar con él porque tuvieron sexo, algo que no le impide repetir tantas veces como puede? A eso se le llama, básicamente, alargarlo como un chicle.

No había obstáculos pero Shonda Rhimes necesitaba llenar la temporada. Al igual que con Karev y su discípula. El ser más egoísta del planeta tardó más de veinte episodios en declarar su amor a Jo, una de las nuevas internas del hospital que al principio simplemente parecía un refrito de Izzie Stevens. Por suerte, con el tiempo se distanció y logramos entender qué la hacía única.

Los aprendices y una Meredith renovada


'Anatomía de Grey'.

La doctora Jo Wilson, no obstante, fue la única excepción en un mar de internos anodinos de cuyos nombres ni puedo acordarme. Cinco personajes muy poco desarrollados que sólo evidenciaron que en ‘Anatomía de Grey’ sobran los actores a pares, pero que sí cumplieron bien una función: sirvieron para que pudiéramos comprobar cuanto han evolucionado los de la primera generación. Al verles actuando como sus superiores, hemos podido entender que ya son cirujanos hechos y derechos. Pero pedir que tengan una personalidad propia, definida e interesante no es demasiado pedir. Es el deber de todo guionista de una obra tan dramática como esta.

Quien sí ha tenido un retrato interesante ha sido Meredith Grey. La protagonista, que empezaron a perder en la tercera temporada cuando le atribuyeron una personalidad torturada que no venía a cuento, lleva unos años con tramas verosímiles y momentos potentes. Me ganó cuando tuvo un aborto al final de la sexta temporada mientras operaba bajo la supervisión del asesino del hospital, me entusiasmó cuando alteró el estudio de alzheimer para beneficiar a la mujer del Chief y el muy querido embarazo de este año le ha dado todavía más potencia al personaje. Volvemos a tener protagonista y de las buenas.

El penúltimo episodio, el mejor

Donde también hubo una pequeña brecha de esperanza de que ‘Anatomía de Grey’ podía ser mejor serie, podía volver a ser la serie de antaño, fue en el penúltimo episodio. Expuso unos casos médicos que se presentaron y relacionaron correctamente con las situaciones personales de los personajes, algo que hacía tiempo que no se hacía debidamente, y tuvo situaciones muy dramáticas y también muy simpáticas como la pedida de mano de April.

Puede que fuera una excepción, que conste, pues la season finale no tuvo el mismo tacto y toda la situación de las baterías resultó bastante absurda, porque tres horas después del apagón ya no quedaba energía para ninguna máquina. Pero no decepcionó: dejó un posible muerto (la tasa de mortalidad en el centro es más elevada que en un frente bélico), resolvió las pocas dudas amorosas (April y Kepner, Hunt y Yang, Karev y Wilson) y presentó un par de situaciones atractivas de cara el año que viene (Meredith y su nueva maternidad, las relaciones recién establecidas y los cuernos de Callie). Aunque ojalá la infidelidad de Arizona hubiera tenido un desarrollo más creíble. Esa mantis religiosa apareció de la nada, tuvo una presentación muy básica y el sexo esporádico ocurrió en el sitio menos discreto de todo Seattle.

'Anatomía de Grey', novena temporada.Vamos, que fue una temporada defectuosa como las anteriores, todavía más prescindible, pero no voy a fingir que la dejaré en algún momento. Si llevo nueve temporadas vistas, la décima también caerá. Ahora sólo falta esperar que el penúltimo episodio no fuera una ilusión.

En ¡Vaya Tele! | Los actores mejor pagados de la televisión americana

'Anatomía de Grey' se quedará sin una de sus protagonistas: Sandra Oh anuncia su marcha

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Sandra Oh

Se avecinan tiempos revueltos en Shondaland. Si bien hace unos días el presidente de ABC afirmó que les gustaría que ‘Anatomía de Grey’ durara “muchos años más” en su cadena, los actores de la serie parecen tener otros planes. Concretamente, Sandra Oh (Cristina Yang en la serie) ya ha anunciado que la décima temporada, que empezará este otoño, será la última para ella.

“Creativamente, de verdad siento que ya he dado todo y estoy preparada para dejarla marchar”, dice Oh sobre su personaje. Además, añade que avisando con tiempo de margen los responsables de la serie podrán planear con detalle su salida. De hecho, Shonda Rhimes (dueña y señora de ‘Anatomía de Grey’) ya ha dicho que “le darán la salida que se merece”. Para Rhimes no será fácil decir adiós a este personaje, que dice estar inspirado en ella.

Pero puede que la marcha de Sandra Oh no sea la única. En agosto de 2012, los seis actores principales de la serie renovaron por dos años más, lo que significa que su contrato se termina también tras la décima temporada y está en sus manos renovar o no. Hablamos de Ellen Pompeo (Meredith), Patrick Dempsey (Derek), James Pickens (Webber), Chandra Wilson (Bailey) y Justin Chambers (Alex).

En concreto, Patrick Dempsey ya ha insinuado en más de una ocasión que su trayectoria en ‘Grey’s Anatomy’ podría estar cerca de su fin. Seguramente éste sea un año de duras negociaciones ya que, si bien es verdad que la serie ha ido perdiendo a actores originales a lo largo de su tumultuosa historia, los original six quizás sean los más queridos.

A pesar de que la serie está lejos de sus años de gloria, cuando conseguía audiencias espectaculares y ser la más vista en Estados Unidos, la ABC y Shonda parecen estar dispuestos a continuar con el drama médico durante varios años más. ¿Qué significa esto? Que seguramente pondrán todos los medios a su alcance (básicamente, maletines y maletines de dinero) para conseguir que los actores se queden. Habrá que esperar a ver a quién consiguen convencer, pero desde luego estas marchas se notarán muchísimo.

Vía | Hollywood Reporter
En ¡Vaya Tele! | ‘Anatomía de Grey’, una protagonista reforzada para una temporada irregular

ABC enseña sus cartas con los teasers de 'Once Upon a Time', 'Anatomía de Grey' y 'Revenge'

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Septiembre está a la vuelta de la esquina y el canal ABC quiere recordarnos porqué debemos retomar sus series cuando lleguen con sus nuevas temporadas. De momento, han servido unos cuantos aperitivos que, si bien no desvelan demasiado qué sucederá en los episodios de vuelta, sí explican en qué punto se despidieron y qué arcos plantean de cara al nuevo año, sobre todo el de ‘Revenge’ que dejará a más de uno con la boca abierta.

Una de ellas es ‘Once Upon a Time’ que, después de una temporada donde bajó en audiencia, tiene que recordar a su público porqué no debe dejar el cuento. ¿La razón principal? Como puede verse en el vídeo de arriba, Regina y Emma unen fuerzas y apuntan que la tercera temporada tendrá lugar en Neverland, el País de Nunca Jamás donde se llevaron a Henry.

‘Anatomía de Grey’, en cambio, tiene un tráiler corto-placista. Básicamente avisa que la tormenta que pudimos ver en la última season finale todavía no terminó y que les quedan unos cuantos obstáculos que superar a los cirujanos. ¿Estará vivo cierto médico que se electrocutó en el sótano del hospital? Un vídeo que llega poco días después de anunciarse que será la última temporada de Sandra Oh. Sea como sea, ni ella misma debía imaginar que protagonizaría un culebrón médico que duraría una década.

A por todas. Como hizo en los arranques de las temporadas previas, ‘Revenge’ abrirá con una situación futura y compleja que después plantearán y desarrollarán a lo largo de la temporada. ¿Lo sorprendente? Ver a la verdadera Amanda Clarke vestida de novia y recibiendo tres disparos, escena que adelantan que sucede en los treinta primeros segundos de episodio. Vamos, que el nuevo showrunner Sunil Nayar tiene ganas de darle caña a la pija más vengativa de los Hamptons y empezará a tope. Y, ni que sea porque la primera temporada fue un placer y un festival de indirectas, habrá que darle otra oportunidad.

En ¡Vaya Tele! | ¿Amanda, qué fue de ti? Los errores de la segunda temporada de ‘Revenge’

'Anatomía de Grey' está cansada y el inicio de la décima temporada es una prueba más

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Anatomía de Grey, estreno de la temporada 10.La actualidad de ‘Anatomía de Grey’ marca de forma inconsciente esta décima temporada. Cierto miembro del reparto avanzó este agosto que dejaría la serie y, por si a alguien se le pasó por alto, ni mencionaré su nombre. Pero querían que el público lo supiera, de aquí que se hiciera oficial, y es lo más interesante de este regreso. No se intuye todavía nada pero es una idea que yace de fondo y que añade una capa de melancolía y curiosidad a este centro ahora llamado Grey-Sloan Memorial Hospital.

El otro día, de hecho, comentaba que había series que utilizaban la estructura por temporadas para hacer avanzar el relato. En ese caso me refería a ‘The Good Wife’ que, pese a no tener ninguna elipsis temporal entre una temporada y otra, llevaba a su protagonista a tomar una decisión y su óptica cambiaba, abriendo un nuevo capítulo en la serie. Pero ‘Anatomía de Grey’ no es así y su nueva temporada no aporta novedades. Retoma la acción donde la dejó, con Webber electrocutado y Meredith con el bebé en brazos, y todo sigue igual.

¿Otra vez? ¡No hace falta!


Esto no tiene porqué ser malo pero sí creo que desaprovecha un recurso narrativo-televisivo con mucho potencial. ¿No podíamos ahorrarnos, por ejemplo, a Meredith en la cama? Es una imagen que ya vimos cuando Ellen Pompeo parió en la vida real y en la serie fue operada. ¿Y no podíamos encontrarnos a Christina y a Owen habiendo pasado página? Como espectador es gratificante ver cómo han llegado a esta situación, habiendo sopesado su situación y asimilando que tienen objetivos distintos en esta vida, pero es necesario pasar por otra ruptura. Puede que esta sea amigable, a diferencia de cuando el Dr Hunt reconoció que había sido infiel, pero es repetitivo.

Como repetitiva también es la situación de Callie y Arizona, que también han dejado la relación alguna otra vez. Puedo entender que Arizona se dejase seducir por otra médica tan guapa como Hilarie Burton pero ni Shonda Rhimes supo explicarnos bien su forma de sentir (sobre todo cuando Callie no podía estar más pendiente de ella), ni surgió de forma natural. Cuesta creer que Arizona, por más que se deje llevar por su faceta más salvaje, quiera hacer los cuernos a su mujer en una habitación donde fornica todo el hospital y donde en cualquier momento puede llamar alguien a la puerta.

Creo, más bien, que fue una forma de sacar punta a una relación estancada y Rhimes traicionó en realidad al espectador. Al principio de la temporada pasada explicó que la historia de Arizona Robbins no era una historia de odio sino de superación, y al final se convirtió en una de traición. ¿Acaso alguien se acuerda que no tiene una pierna? No. Solamente es una esposa infiel sin tacto y que encima es incapaz de asumir qué hizo mal, como si su amputación excusara cualquier actitud. Las escenas del primer episodio, donde presiona a Callie para que hable con ella delante de terceros, son simplemente odiosas. ¡Qué forma de cargarse un personaje! Sobre todo porque todo sería más verosímil si hubiese sido al revés: Callie siempre ha sido una mujer fogosa y Robbins se negaba a tener sexo.

Y, para terminar este bloque de cansancio, Avery y Kepner también caen en el mismo error una y otra vez. Pero por lo menos ya son conscientes de ello y Avery bien que le soltó a Kepner algo que tenía muy claro desde hace tiempo: ¿qué demonios les impide estar juntos? Absolutamente nada. Solo las ganas de los guionistas de tener alguna pareja que tiene que ser y que todavía no están juntos. Y, ni entiendo esta obsesión, ni la decisión de April de aceptar otra vez su petición de matrimonio, ni la escena del último episodio donde tienen un momento de tensión. Shonda, ¿puedes pasar página, por favor?

Meredith Grey. Una que pasa página.

Webber y los residentes


Cuando se anunció que alguien moriría al empezar la temporada y no se dijo quien sería, no tuve ninguna duda de que se trataría de un cualquiera y le tocó pagar el pato a Brooks, la aprendiza pródiga de Sheppard. Una decisión que no acabé de entender. Para empezar, Tina Majorino es mejor actriz que el resto de sus compañeras, cada una con menos carisma que la anterior. Pero encima le habían dado una función, la de mano derecha de Sheppard y era simpático que el neurocirujano se encaprichara por enseñar a una chica con potencial.
 
La tragedia, además, ocurrió en un episodio desganado. Querían resolver los interrogantes y la primera mitad del episodio doble fue mecánica. Y, cuando tocó la segunda parte, quisieron dar ritmo y trama a los nuevos residentes. Que la muerte de Brooks no fuese en vano y que nos sirviera para conocerles un poquito más y sobre todo darles química grupal. El recurso, todo hay que decirlo, fue muy gratuito: nadie tiene el deber de contar bromas de un difunto a su madre minutos después de que se le comunique la noticia. Una cosa es el tanatorio, otra el funeral… y otra media hora después. No os conoce, no os importaba la muerta, no es el momento. Ni un falso instante de complicidad puede borrar esto.

Pero, si algo se puede sacar positivo de todo esto, es el estado de los tres residentes veteranos que quedan: Meredith está contenta con su felicidad y su nueva maternidad, Karev por fin está sentando la cabeza y Yang también entra en un nuevo capítulo, uno donde ha asumido que no debe estar con Hunt porque ella preferiría extirparse los ovarios a plantearse tener un bebé. Y el ritmo, como es ‘Anatomía de Grey’, está presente. ¿Tiene potencial para recuperar la frescura de los primeros años? No. Los diez años pesan.

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Cinco series mejores que sus personajes protagonista

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Ted Mosby

Este pasado sábado publicada el primer post de un dúo de artículos encaminados a haceros reflexionar un poco sobre la importancia que tiene el protagonista de una serie para que la misma nos guste más o menos. Como ya avisé en mi reflexión sobre cinco personajes protagonista que estaban por encima de la serie que lideraban, hoy es el turno de hacer justo lo contrario, es decir, cinco series que, por un motivo u otro, son mejores que sus personajes protagonista. Si os soy sincero, se me han ocurrido más ejemplos de este fenómeno que del opuesto, pero mejor me dejo de rodeos y os invito a descubrirlos y a debatir al respecto en los comentarios.

‘Dragon Ball Z’

Son Goku

Me encantaba Son Goku en ‘Dragon Ball’, ya que la mezcla de inocencia y desparpajo lo convirtieron en un personaje único al que estabas deseando apoyar. Sin embargo, no todo el mundo mejora con la edad y estamos ante el perfecto ejemplo de ello, pues el Son Goku ya adulto y padre de familia fue convirtiéndose paulatinamente en un bobalicón que sólo me producía sentimientos de rechazo —el humor más neutro utilizado tampoco fue precisamente una ayuda para evitarlo—, interesándome más por los villanos —siempre tuve una gran debilidad por el Majin Boo pasado de peso— y comprendiendo perfectamente que muchos se decantaran por Vegeta, un personaje mucho más rico en matices aunque luego también sufriera una marcada decadencia —vergüenza me dio el tratamiento que le dieron en ‘Dragon Ball Z: La batalla de los dioses‘—. De genial a, como mucho, mediocre.

‘Lost’

Jack Shephard

En el caso de Jack Shephard y ‘Lost‘ parecía que no había punto intermedio, o eras un gran defensor del personaje pese a auténticas tomaduras de pelo como el episodio dedicado a su tatuaje o estabas deseando su muerte por mucho que su liderazgo fuese algo básico para la serie. Por mi parte, siempre fui más de Sawyer, pero Jack me parece un personaje perfectamente válido que sufrió más de la cuenta debido al exceso de flashbacks que protagonizó —con Kate pasó algo parecido, pero aún más molesto para quien esto escribe—, pero eso sigue siendo insuficiente para estar a la altura de una de las ficciones televisivas más míticas y comentadas de todos los tiempos, ya que por presencia era el líder, pero por interés individual uno más.

‘Better Off Ted’

Ted

Para construir una sitcom es bastante más habitual optar por la fuerza de un reparto coral que por la genialidad de su —supuesto— gran protagonista. Hay alguna excepción —de ahí que quisiera meter a Michael Scott y ‘The Office’ en el artículo hermano del que ahora nos ocupa—, pero son más abundantes casos como el de ‘Better Off Ted‘, una comedia con muchos elementos por los que merece la pena ser rescatada del olvido en el que ha caído —los anuncios empresariales, los divertidos personajes de Portia de Rossi y los dos científicos, etc.— tras su cancelación. Sin embargo, el Ted del título interpretado por Jay Harrington no es una de ellas, ya que estamos ante un personaje que funcionaba con corrección como simple contrapunto —salvo en las tramas amorosas con Andrea Anders, que eran lo más flojo con diferencia— de lo que realmente nos gustaba de la serie.

‘Anatomía de Grey’

Mederith Grey

No termino de entender a las series que crean a un personaje principal que resulta abiertamente antipático para una parte importante del público —iba a decir que para la mayoría, pero nunca se sabe—, llegando incluso al odio o al desprecio en casos muy radicales. Reconozco que esto último es lo que me pasó a mí durante muchas temporadas de ‘Anatomía de Grey’ con Mederith, un personaje que se balanceaba entre la estupidez, la pavisosez —sé que la palabra no existe, pero creo que se entiende perfectamente—, una bipolaridad que tampoco destacaba tanto por encima de la de la propia serie y el ser un estorbo para los elementos positivos de la serie, que hubo una época en la que no fueron precisamente pocos.

Eso sí, a medida que la serie fue avanzando, el resto de personajes fueron haciéndose cada vez más cargantes y ella moderándose, pero me da que no llegaré a saber si la media acaba igualándose —o incluso favoreciendo a Mederith—, porque he llegado a la conclusión de que lo mejor que puedo hacer es dejar de verla, que ya se había convertido en una rutina con escasos o directamente ningún atractivo.

‘Cuenta Atrás’

Corso

Una idea bastante extendida es que los procedimentales cuentan con un gran protagonista que está muy por encima de la serie en cuestión, pero eso no necesariamente cierto en todos los casos. Puede ser que se consiga cierto equilibrio y que a veces sea mejor y otras peor —me viene a la mente el caso de ‘Sin Rastro‘—, pero también hay ocasiones en las que un buen procedimental casi se hunde en la miseria por culpa de un pésimo error de casting a la hora de elegir al intérprete que ha de liderarla. Eso es lo que sucedió con Dani Martín y ‘Cuenta Atrás‘.

Prefiero no meterme en su carrera como cantante, pero lo cierto es todas las intentonas de Dani Martín por triunfar en el cine o la televisión se han saldado con rotundos fracasos. Quizá el más destacado, por el cual incluso llegó a pedir disculpas públicamente, fuera su labor como doblador de Jack Black en la simpática ‘Escuela de Rock’, pero su actuación como Corso en ‘Cuenta Atrás’ tampoco se queda muy atrás. Con esto no quiero decir que fuese una serie perfecta, ya que los altibajos eran el pan nuestro de cada día, alternándose buenos episodios con otros bastante olvidables, pero era en estos últimos donde un buen protagonista podría salvar la papeleta a la serie y convertirla al menos en un buen pasatiempo.

Lo peor de todo es que la serie llegó a su fin justo en el punto en el que podría haber continuado sin él, algo que me hubiera encantado, ya que los demás integrantes regulares de su reparto cumplían con solvencia y se acertaba bastante con las apariciones episódicas —muy logrado el episodio con la reunión de protagonistas de ‘Compañeros’ por citar un ejemplo específico—. Nos pusieron el caramelo en la boca para quitárnoslo de inmediato de una patada voladora.

Vuestro turno.

En ¡Vaya Tele! | Cinco series peores que sus personajes protagonista

'Anatomía de Grey', Meredith vs Christina y el final de invierno

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Christina Yang y Meredith Grey.El instinto maternal de Meredith hizo que la cirujana fuera mejor persona. ‘Anatomía de Grey’ siempre había tendido a definirla como una persona fría, antipática y un par de maniobras en este campo sirvieron para humanizarla. El primer indicio fue ese aborto que sufrió mientras tenía a Owen Hunt en la mesa de operaciones mientras la apuntaban con una pistola (lo cual la convirtió en heroína) y después ayudó que sintiera que Zola era su hija, esa frágil niña africana que había llegado al hospital para recibir cuidados intensivos.

Por esto el arranque de la décima temporada de ‘Anatomía de Grey’ ha sido bastante frustrante. La responsable Shonda Rhimes había conseguido lo improbable, que su protagonista fuera algo más que una réplica disimulada de su madre (a nivel individual es igual de egoísta y egocéntrica), y lo había tirado todo por la borda con su batalla de ambición con Christina Yang. Otras cosas pueden pasársele por alto a Meredith pero, al perder los papeles ante su mejor amiga Christina Yang, ella perdió su capacidad de redención.

La relación de estas dos hasta el momento había sido fácil. Compartían su ambición en el ámbito de la cirugía y su intención era que su vida personal no interfiriera en la carrera. Pero, como comentaron ambas en el último episodio, Meredith se desvió del camino dando prioridad a sus dos hijos. Todo comenzó con la decisión de Yang de no dejar que Meredith operase con ella porque no había tenido tiempo de estudiar con detenimiento esa operación fuera de lo común. Yang se proclamó mejor cirujana y Meredith asumió que la trataba como a una carnicera. Ya tenemos conflicto.

Christina y su nuevo aliado.

La situación, no obstante, era demasiado comprensible como espectador. Meredith no tiene tiempo material para ser una buena madre, una buena esposa, operar en el Grey Sloan Memorial Hospital y encima ser pionera en el ámbito de la investigación (sobre todo si se niega a hacer aquello que haría cualquier persona con tanta ambición y dinero: contratar una buena niñera). Es algo que debe asumir. En cambio, Yang le dio prioridad a su trabajo: ha perdido a su marido por su negativa a ser madre y solamente le queda su don a la hora de reparar corazones. Por supuesto puede ser mejor profesional por el simple hecho que tiene más tiempo para dedicarle. Pero Meredith no podía asumirlo.

Como se anunció que Sandra Oh abandonaría la serie al final de la temporada, me dio miedo como espectador que este conflicto se alargara hasta el mes de mayo. Por suerte, en esta despedida provisional de invierno resolvieron sus diferencias o por lo menos expresaron en voz alta la situación. Que Meredith asumiera su parte de culpa, reconociera que se trataban de celos, fue un paso en la dirección correcta: tanto para los personajes como para la serie. Le sienta mucho mejor que podamos respetar a Meredith como persona que todo lo contrario, sobre todo porque los cirujanos de ‘Anatomía de Grey’ tienen tendencia a ser insoportables: Alex es un imbécil que utiliza su infancia como excusa, Christina disimula muy bien que tiene alma, Avery es un engreído y Bailey ha tenido un arco también bastante irritante.

Los fantasmas de Calzona


La cirujana general tenía una excusa. Por culpa de unos guantes defectuosos y una infección, fue responsable de la muerte de varios pacientes. Desarrolló un trastorno obsesivo-compulsivo y su lucha ha sido en paralelo a la del antiguo jefe, que ha vivido su recuperación en el ala de cirugía. Dos historias de superación con un final feliz (o eso parece), mientras que la situación de Arizona y Callie también parece ir en la buena dirección… o no. La confesión de la doctora pediátrica dejó alguna duda: ¿podrá superar la impresión que Callie la quiere por la mujer con dos piernas de antes y no la mujer con una pierna ortopédica de ahora? Si estas dudas las hubieran contado en primavera, cuando Shonda escribió un adulterio-exprés, quizá se hubiera entendido mejor el error de Arizona.

April Kepner en su boda.

Pero todo esto palidece en comparación con la terrible situación que provocó Avery en la boda de April. Cuando se levantó para quedarse en silencio, el público murió en el sofá de casa de tanta vergüenza ajena. ¿Falsa alarma? No. Finalmente verbalizó que quiere a April. Algo que, si es sincero consigo mismo, podría haber hecho antes de la boda. Una semana antes. O directamente hace cuatro años. ¿Por qué se empeñan en vendernos la relación de estos dos como algo imposible cuando en realidad nunca ha habido ningún impedimento para que estén juntos? Por favor, que Shonda nos sorprenda y April decida casarse con Matthew. No estaría mal que alguien en ese hospital se casase con un no-médico (y Matthew tiene la ventaja que puede aparecer por allí con la ambulancia de vez en cuando). Sobre todo una de las pocas buenas personas que corren por el servicio y que, por cierto, funcionan a la perfección como alivio cómico.

Un buen final de invierno


Este episodio final, ya sea por el cliffhanger, porque Meredith volvió al lado bueno de la fuerza o porque se habló en voz alta de los conflictos interiores de los personajes, recordó los buenos momentos de ‘Anatomía de Grey’. Hasta resultó interesante ver al residente Shane Ross matar al padre de Alex Karev en el quirófano, algo verosímil si tenemos en cuenta su adrenalínica actitud de tiburón de los últimos episodios. Algo que hace unos cuantos años podríamos haber visto hacer a Meredith, Christina o Alex.

Lo que da pereza, no obstante, es que Shepherd reciba una llamada del mismísimo presidente para tener que dedicar más tiempo a la neurocirugía. ¿Un cross-over con ‘Scandal’? ¿Meredith también se lo tomará a mal cuando su marido, el neurocirujano con más reputación de la costa oeste, aproveche su talento? Lo dicho anteriormente: que contraten a una niñera y acepten menos guardias de 24 horas ahora que son los dueños del hospital. Adiós al problema.

En ¡Vaya Tele! | ‘Scandal’, la serie más loca del momento

Ellen Pompeo y Patrick Dempsey confirman su presencia en otras dos temporadas de 'Anatomía de Grey'

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Patrick Dempsey y Ellen Pompeo

Anatomía de Grey‘ hace ya varios años que no es una serie imbatible que arrasa en audiencias —durante sus primeros años llegó a rondar los 20 millones de espectadores por episodio, pero últimamente ni siquiera llega a los 10— y su coste de producción ha aumentado de forma considerable, por lo que la idea de que llegase a su fin más temprano que tarde no era algo descartable. Eso ha cambiado hace apenas unas horas, pues se ha confirmado que Ellen Pompeo y Patrick Dempsey han llegado a un acuerdo que garantizaría su presencia en unas hipotéticas undécima y duodécima temporadas. De lo que no se sabe nada es de la continuidad del resto de protagonistas.

Esto no quiere decir que la serie haya sido ya renovada, porque en ABC siempre pueden decidir no continuar adelante con ‘Anatomía de Grey’ más allá de la décima temporada. No obstante, esa posibilidad parece bastante improbable y me recuerda mucho a cuando se anunció que Benedict Cumberbatch y Martin Freeman confirmaron su presencia en una cuarta temporada de ‘Sherlock’ que aún no se había anunciado por aquel entonces. Además, ‘Anatomía de Grey’ aún funciona muy bien en los ratings —aunque también ahí ha perdido algo de fuelle respecto a sus años de mayor gloria—, por lo que casi podríamos dar como seguro que tendremos dos temporadas más.

Por mi parte, he seguido la serie durante sus nueve primeras temporadas y solamente el anuncio de que llegaba a su final en la que actualmente se emite hubiera conseguido que retomase su visionado, ya que he acabado cansándome mucho del peculiar estilo de la inefable Shonda Rhimes. Cierto que tengo curiosidad por saber cómo será —¿spoiler?— la marcha del personaje de Cristina Yang al final de esta décima temporada, pero soy más feliz no viendo la serie, así de sencillo. Eso sí, me alegro por los seguidores de la serie.

Vía | Tv Line
En ¡Vaya Tele! | ‘Anatomía de Grey’, Meredith vs Christina y el final de invierno

'Anatomía de Grey' y Isaiah Washington hacen las paces: Burke volverá para un episodio

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Isaiah Washington en 'Anatomía de Grey'En ‘Anatomía de Grey’ sólo hay una cosa más dramática que los guiones de Shonda Rhimes: las polémicas detrás de las cámaras. Puede que Meredith se ahogase durante media hora en la tercera temporada, pero el arco más interesante de ese año siempre serán los dimes y diretes entre Patrick Dempsey, T.R. Knight, Katherine Heigl y Isaiah Washington. Este último le dijo al primero un comentario despreciativo y homófobo sobre el segundo y la tercera lo confirmó a los medios. ¿La solución? No renovarle el contrato a Washington. Pero parece que la creadora de la serie ha pasado página y el doctor Burke volverá un episodio para despedir a Christina Yang.

En el fondo, la idea de Rhimes nunca fue echar a Washington de la serie. Había rumores sobre el malestar en el rodaje de la serie y ella procuró que se quedase en eso. Pero Heigl confirmó en la alfombra roja de los Globos de Oro que Washington sí había utilizado expresiones vejatorias para referirse al actor que interpretaba a O’Malley y no tuvo otra opción. Ella, una de las mayores defensoras de la pluralidad en televisión, no podía permitirse esa publicidad negativa y al verdugo no le sirvió de nada reunirse con miembros de la comunidad gay para reflexionar y rectificar su actitud. El doctor Burke abandonó a Yang el día de su boda y nunca más se supo de él.

Sin embargo, siete años han transcurrido ya desde entonces y Rhimes debe considerar que la polémica es cosa del pasado. Así que, para hacer que la despedida de Yang sea todavía más emotiva, Preston Burke tendrá una aparición especial en un episodio. ¿Significa que la cirujana se irá con su antiguo amor o los tiros irán por otro lado? Sea como sea, seguro que atraerá a más de un curioso que ya había abandonado ‘Anatomía de Grey’ y que querrá comprobar como termina el arco de la médico más ambiciosa del hospital de Seattle. Este es el objetivo. ¿Y soy yo el único que ahora desea que también repesquen a Izzie Stevens para esta (seguro que lacrimógena) despedida?

Vía | Hollywood Reporter
En ¡Vaya Tele! | ‘Anatomía de Grey’, Meredith vs Christina y el final de invierno

Adiós, Cristina Yang, te echaremos de menos

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Anatomía de Grey, despedida de Cristina.Hacer un análisis de la décima temporada de ‘Anatomía de Grey’ o estrictamente de los últimos episodios es una idea poco apropiada. Este año hemos tenido múltiples tramas pero todas palidecen en comparación con la marcha de Cristina Yang. ¿Importa que Calzona hayan encontrado una solución a su situación? ¿Y qué más da la relación de April y Avery, carente de cualquier factor entrañable o romántico que funcione? Lo trascendente es que, como nos anunciaron la actriz Sandra Oh y la guionista Shonda Rhimes, este era el último capítulo de la vida de la cirujana que veríamos en la ficción y comentar el desenlace es hablar de Cristina.

Ni tan siquiera yo era consciente de la importancia de su adiós hasta que llegó el momento. Cristina Yang era una pieza fundamental de ‘Anatomía de Grey’, no como las últimas bajas de la serie. En alguna ocasión Rhimes había reconocido que había estructurado la ficción alrededor de la amistad de Meredith Grey con Yang y tenía razón. La dependencia emocional que se tienen, la capacidad de apoyarse la una en la otra en los momentos difíciles, es vital para una serie tan dramática como esta y encima estaban desempeñando sus trabajos con ópticas distintas.

Cristina es la racional, el genio de la medicina que se niega a entorpecer su rumbo al éxito por culpa de un marido e hijos, mientras que Meredith siente la necesidad de crear una familia como la que ella nunca tuvo. Por lo tanto, con la mudanza de Yang a Zurich, ‘Anatomía de Grey’ pierde un pilar porque no solamente perdemos a una co-protagonista con su don por la medicina y una forma de actuar distinta a todos los demás, también perdemos una faceta de Meredith, que ya veremos como intentará sustituirla.

Sandra Oh en 'Anatomía de Grey'. “Don’t be a hero. You are my person. I need you alive.”

La muerte se asoma por Seattle

Diría que lo más divertido del último episodio es la cantidad de alusiones a la muerte que hay en él. Primero hay un supuesto atentado terrorista en un centro comercial de Seattle, el sitio donde Cristina debía ir a hacer recados antes de coger el avión, y sólo sirve para recordarnos la cantidad de catástrofes que han sucedido en la serie cuando un actor quería abandonar el barco. Hablamos de autobuses que te atropellan cuando te vas al ejército (anécdota que ella misma comenta), asesinos que aparecen con una escopeta en el hospital o aviones que caen.

Los constantes guiños a la loca realidad de ‘Anatomía de Grey’ son un recurso que tiene sentido cuando una serie ya está de vuelta. Cristina se acuerda dos veces de O’Malley en un bonito detalle, recuerda que prácticamente no queda nadie de la primera generación de residentes y le recomienda a Meredith que no meta la mano donde haya una bomba, ni se ofrezca de rehén a ningún asesino. Bravo, Shonda.

Esto no hace que la serie sea mejor por reírse de si misma, ni tampoco la hace peor de lo que es. Pero sí demuestra que durante cuarenta minutos fue muy consciente de lo que era y esto, viniendo de Shonda Rhimes, es todo un alivio. Podíamos imaginar, por lo tanto, que Cristina Yang simplemente se iría. No moriría, no quedaría tullida y tampoco la secuestraría ningún terrorista. Se iría de Seattle porque simplemente era la decisión más inteligente para ella.

La lógica de Cristina

Durante toda la temporada, sin embargo, se han explorado distintas posibilidades de porqué se iría. Daba la impresión que una increíble oferta de trabajo tendría que ir de la mano de una situación emocional: estamos hablando de ‘Anatomía de Grey’, la serie donde todo caso médico está relacionado con el estado emocional de un personaje o de una relación sentimental entre médicos.

En esta línea, Meredith y Cristina se distanciaron al inicio de temporada por un malentendido (se juzgaban, sí, pero simplemente eligieron las palabras erróneas en el momento equivocado). También vimos la relación destructiva de Cristina y Owen, no tanto porque fueran incapaces de tener una química sana, su mayor problema inicial, sino porque siempre volverían a la discusión de tener hijos. Y, finalmente, tuvimos la polémica del premio de la fundación Avery, la trama más estúpida de la temporada. ¡Por supuesto que no podían premiar a una médico que tenían en nómina! ¿De verdad a alguien le pilló por sorpresa?

Por esto resulta extraño que Cristina Yang se vaya porque el puesto de trabajo que le cede Preston Burke es su mejor opción. Tiene una amistad maravillosa con Meredith, Owen y ella consiguen no estallar, y el premio no parece tener tanta importancia, sobre todo tras darse cuenta ella misma que lo que quiere es contribuir a la humanidad con sus avances médicos. Es una salida digna, pacífica, lógica y quizá para algunos será anticlimática, será impropia de la serie. Puede que lo sea, sí, pero también es refrescante y coherente con el tono más distendido de este último año, donde la serie sabía muy bien que los mejores años ya han pasado.

Los momentos para desatar las lágrimas

'Anatomía de Grey', Cristina y Meredith bailan. El último baile.
El adiós de Cristina ha tenido muchos momentos dignos de mención aparte de todas las referencias a muertes previas. Planteó muy bien la situación de cuando uno tiene que irse y tiene que enfrentarse a todas las despedidas. El abrazo a Derek no tanto por el aprecio que se tienen como por qué representan en la vida de Meredith; a Bailey y Weber como los mentores que fueron para ella; y esa mirada a Owen Hunt detrás del cristal. Mejor una despedida silenciosa con una sonrisa que dolorosas palabras que podrían perseguirles.

Es curiosa la sensación que Cristina comenta durante todo el episodio, como si necesitase cerrar algo bien para poder irse, como si tuviera una cuenta pendiente ya sea con su paciente, con su ex marido o Meredith. Pero esto es lo que sucede cuando te vas de un lugar: dejas las relaciones al aire y ninguna operación podrá impedir que sientas que dejas una pedacito de ti atrás. En este sentido, Shonda hizo un espléndido trabajo a la hora de hablar de despedidas, algo que nunca hizo precisamente bien por su amor por la locura y el drama.

Sandra Oh, además, está espléndida. Siempre demostró ser una buena actriz pero nos habíamos acostumbrado a ella, a su capacidad por estar a la altura tanto en las situaciones dramáticas como las cómicas. Pero está maravillosa cuando le dirige sus últimas palabras a Meredith, cuando le pide que se cuide porque la necesita en su vida, aunque sea a quilómetros de distancia. Hay amor en esa mirada, se siente, y esta es la mejor despedida que podía tener Cristina. ¿El baile? El baile también fue un bonito recordatorio de quienes son estas dos, por más que haga tiempo que no las veamos bailando sus penas. Lástima que Shonda se equivocó de canción y eligió un clásico de la serie cantado por Tegan and Sara que nada tiene que ver con los movimientos de las actrices.

¿Y qué nos dejó Cristina?

Pues tenemos a Calzona en el proceso de alquilar un vientre, a Bailey que probablemente se enfadará como una mona cuando vea que Karev se queda la silla de Yang en el consejo de administración y una situación familiar un tanto convulsa para Meredith y Derek. Era evidente que no se trasladarían a Washington porque sólo Oh abandona la serie, pero fue un bonito detalle que Cristina le recordase lo buena cirujana que es. De hecho, la conversación de Yang con Karev sobre sus aptitudes como médico aunque no vaya a ser nunca extraordinario permitieron darle profundidad a su consejo a Meredith. No le dice que vale mucho porque la quiere, se lo dice porque lo cree y es hora que luche por cumplir sus sueños y no simplemente doblegarse ante las necesidades de Derek que siempre se ha creído más importante.

Sea como sea, esto ya lo veremos el año que viene. Entonces sabremos hasta qué punto ‘Anatomía de Grey’ puede sobrevivir sin Cristina Yang, que tuvo ese último y plácido plano en Suiza. La serie fue sensacional en sus primeras temporadas, luego fue irregular con algunos destellos de genialidad (soy fan del episodio del tiroteo, también de la boda de Izzie) y ahora lleva un par de años que funciona con el piloto automático, con episodios entretenidos pero olvidables.

Anatomía de Grey, final de temporada. ¡Soooorpreeeesaaaa!
Y, como último comentario, ¿de verdad le aparecen más hermanas a Meredith, esta vez una chica negra que también es médico y que será fruto de la infidelidad con el doctor Weber? Shonda, esto ya no hay quien se lo crea, lo cual es muy coherente con los giros dramáticos de las últimas cuatro temporadas.

En ¡Vaya Tele! | Cinco personajes que deben volver a sus series para que la televisión sea un lugar mejor

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